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ECOLOGIA HUMANA UN CAMINO QUE HA DE SER POSIBLE EN LA ESCUELA

Vivimos en una sociedad globalizada, gracias a la impresionante evolución tecnológica que se ha experimentado en los últimos tiempos. Lo que era impensable hace treinta años, hoy está al alcance de cualquiera de nosotros. Somos capaces de mantener videoconferencias con el otro extremo del mundo, en tiempo real, para llegar a acuerdos con personas de las cuales desconocemos sus costumbres, sus hábitos, sus gustos,... y, en muchas ocasiones, hasta su idioma; y sin embargo, estas barreras no son ningún problema para que podamos entendernos pero a pesar de pretender ser vecinos de todos en la “pequeña aldea global, cada día nos cuesta más comunicarnos.

Comunicación proviene del latín “comunis” que significa común. De allí que comunicar signifique transmitir ideas y pensamientos con el objetivo de ponerlos en “común” con otro. Esto supone un código de comunicación compartido; el lenguaje. Se podría afirmar entonces que el lenguaje surge y cobra sentido en la medida en que posibilita el encuentro, la interacción, la construcción mutua. Este supera la palabra simple, va más allá, se crece y complejiza a través de la oralidad, la escritura, los gestos, los movimientos….el cuerpo mismo. Nace de la necesidad profunda que tiene el ser humano de relación con el otro. El comunicarnos sencillamente nos humaniza; el yo que cobra sentido en el tejido social que constituyo y que a su vez me constituye.
Sin embargo el avance de las sociedades a una cultura “líquida” insegura, individualista, consumista y migrante, que abre paso a una generación hoy nombrada, la generación de la desesperanza, una generación nativa del mundo de la cibernética, pareciera desvirtuar esa necesidad de arraigo en el encuentro, cediendo el espacio de la conversa, de mí, tú y nuestra narrativa a los medios como “máquinas narrativas” que se atribuyen el derecho de llenar los espacios que la sociedad ha dejado vacíos de significados, entonces ya son otros los que nos narran, colonizando el ámbito de lo privado, trasladándolo a lo masivo, abrogándose el derecho que les hemos concedido para masificar el pensamiento, para que sean ellos y no nosotros los gestores de realidad, para que nos envuelvan en lo superficial, Light y divertido, sin derecho a réplica, hallando eco en una sociedad que cada vez más vive de prisa y una juventud más sola que nunca, por los horarios que hacen incompatible la vida familiar y laboral, por la brecha digital y por el distanciamiento de la escuela. Los medios masivos -la televisión, la radio, el Internet entre otros, se han constituido en algo esencial; son parte del contexto cultural, de la vida del los jóvenes de hoy, una fuente de acceso permanente de información que alimenta su repertorio de conocimientos…y les enseñan las tendencias en los estilos de vida, proveyéndoles una visión sobre el mundo con otras realidades.

Así mismo los mensajes de los medios, han ocasionado en los jóvenes una confrontación con la legalidad, con las creencias, con los valores, con las estéticas; a partir de lo cual, sienten la necesidad de construir su propia identidad “nuevos estilos de vida” lejos de parámetros establecidos, lo que da como resultado la exclusión de agrupaciones juveniles del sistema, ya que algunas se dedican a actividades ilícitas y la gran mayoría son juzgadas de antemano por su apariencia, es decir, por distar de lo “normalizado” son estigmatizadas como peligrosas.

Los jóvenes entonces habitan nuevos territorios con otras condiciones comunicacionales, que están generando un tipo de juventud de frontera ya que en su vida diaria, están expuestos a esta inmensidad de mensajes de otros, que circulan dentro de la frontera comunicacional y a la vez porfían espacios de autonomía y expresión individual, tomando especializadamente lo que necesitan y dejando pasar aquello que no los significa.

La escuela hasta ahora desde una posición de centro ha de renunciar a la práctica fordista y abrirse a la inventiva, a la exploración, a la indagación de modos, lugares y recursos para crear y extender puentes que posibiliten encuentros, donde se reconozca la otredad y se interactúe con ella…el papel de la escuela y de los educadores debe orientarse a la formación de sujetos que puedan comunicarse en y con una sociedad como la nuestra

Desde esta perspectiva, desarrollar actividades de creación cultural y espacios de expresión y comunicación intergeneracional, que aporten diversas entradas a la comprensión del mundo privado y social de las y los jóvenes, en el tratamiento de temas como visión de futuro, salud sexual, identidad, visibilidad pública, participación política y consumo de medios entre otros muchos, son acciones a las que esta llamada la escuela.

Es tarea de nosotros, los educadores, buscar que las y los jóvenes no se miren ni se piensen aislados, sino en relación con su entorno: su familia, su barrio, su ciudad, su país., creando y consolidando espacios para la conversa y discusión no solo en escuelas sino en universidades, medios de comunicación, calles y plazas.

En la vida escolar ha de promoverse que cualquier sujeto que la habite, sienta que su propia historia, sus sentimientos e ideas son valiosos; y que en consecuencia no se autoexcluya ni se deje marginar del escenario de la expresión pública; que esté consciente de que crear, opinar, realizar iniciativas no son dones reservados para algunos elegidos. Se deben Desarrollar espacios para la expresión de las opiniones y propuestas de uno y otro lado, usando diversos medios creativos adecuados a los nuevos lenguajes, estéticas y formas de ser, promoviendo la participación y empoderamiento de los ciudadanos jóvenes como agentes de cambio y de transformación, que generen nuevos movimientos sociales de resistencia a partir de principios de solidaridad, flexibilidad, horizontalidad, interconexión y cercanía.

La escuela entonces como organismo vivo, humano y actualizado se ha de preocupar de propiciar y fortalecer el pensamiento crítico que posibilite la decantación y resignificación de los mensajes recibidos, para no ser sujetos de recepción pasiva, reconociendo que esos medios no son neutrales, sino que por el contrario están subordinados a condicionamientos sociales predeterminados.

Es necesario el reconocimiento de distintas territorialidades, físicas, geográficas, simbólicas y emocionales y del convencimiento pleno de la necesidad de crear zonas comunes donde distintas narraciones puedan convergir y producir otras nuevas, que resignifiquen, y privilegien lo humano, saliendo al paso del nuevo orden social del que nos habla Bauman

De otro lado fomentar la visibilidad pública de las y los jóvenes, promoviendo la expresión creativa de sus opiniones, demandas e iniciativas; así como fomentar su participación como ciudadanos con derechos y responsabilidades en el diseño, gestión y ejecución de políticas y programas de interés institucional y local es sin duda una tarea que esta por hacer y que definitivamente contribuiría a conocer de manera directa e innovadora el mundo diverso de sensibilidades, ideas y experiencias de las y los jóvenes que nos acompañan.

1.Wilkipedia.org

2.BAUMAN Zygmunt, Vidas desperdiciadas.

3.RINCÓN Omar, Narrativas mediáticas

4.“En esta clase de cultura no queda mucho espacio para los ideales…Menos espacio queda aún para los ideales que provocan un esfuerzo a largo plazo” En cultura de residuos. Pagina ,151 de su libro Vidas desperdiciadas
 

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